No llores por mi.

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Lo único que te pido es que no llores por mi. 

Se acabó y terminó y culminó nuestro amor. No hay explicaciones ni errores, ni distancia que mejore el dolor que esta saboreando mi corazón desde que todos esos momentos y memorias y recuerdos llegaron a su fin. 

Vivimos y morimos juntos. Llegamos a lo alto de la felicidad cuando compartíamos el regalo del cariño, de la admiración, del afecto y del apoyo infinito. Como también llegamos a sostenernos para no ahogarnos en lo profundo de nuestro amargo pasado. Contigo viví, y conmigo sobreviviste, así me lo confesaste tu. 

Todavía te amo y todavía te quiero y todavía significas mucho para mi. Pero debes aceptar que todo tiene fin, debes dejarte ser feliz y debes encontrar a alguien que no te sujete en la misión de supervivencia pero que te enseñe a vivir, así como tu me enseñaste a mi. 

Guarda nuestros momentos y cuida nuestros sentimientos compartidos. Yo haré lo mismo. Sé que tendremos caídas de nostalgia y querremos comunicarnos y reanudar los últimos años. Cuando eso suceda solo te pido una cosa, que sonrías y digas que por algo pasó y por algo no pasó también pero que nunca, pero nunca, llores por mi. 
©Claudia Hernández

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