Para tí.

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Nunca imaginé conocer a una persona la cual me haga cuestionar todo: si estoy muy arreglada, si debería adelgazar, si tengo que ser más divertida pero sobretodo si soy suficiente para ti.

Sin embargo, mientras nuestra amistad se profundizaba tu te encargaste de convencerme que aquellas preguntas mías, eran insignificantes pero igualmente me las respondías: “Siempre estas hermosa, tu cuerpo es perfecto, entiendo que tengas días malos, y no digas eso, eres más que suficiente por el simple hecho de ser tú” – me respondías.

Yo sonreía al escucharte. Tus palabras eran versos de amor escritos sin esfuerzo, solo se necesitaba sentimiento. Nos besamos, repetidas veces. Y comprendí que tu eras mi seguridad entre toda esa inseguridad de mi propia existencia. Tú eras esa felicidad que llenaba mis lagrimas de alegría. Tú eras el amor de mi vida.

Nos volvimos nosotros, y dejamos de ser tu y yo. Fuimos encadenados por el afecto infinito del enamoramiento.

Te presente a mi familia y lograste que mi padre te estrechara la mano. Conocí a tu madre y pude entender porque eras una increíble persona.

Te encargaste que la pasión nunca se apague. Cada dos semanas, era el dia de citas formales; no importa si ibamos a KFC igual yo iría en vestido y tu en terno, ese en el que tanto me encantaba verte.

Y así pasaron las semanas, los meses y los años.

Ahora después de dos años, debo decirte que te extraño.

©Claudia Hernández

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